No es calor, es desmonte...
Esta frase se vio y se escuchó mucho en los últimos días... La ola de calor que azotó gran parte del cono sur de América Latina, nos hizo replantearnos nuestra relación con la madre tierra...
Pero, qué opina la ciencia al respecto?
Consultamos a algunos especialistas en el tema, para que nos den su opinión al respecto.
En esta oportunidad, Carolina Vera nos explica desde la ciencia las causas de la ola de calor y su relación con los desmontes.
Sobre Carolina: Es Investigadora Principal del CONICET y profesora titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su área de investigación es la variabilidad climática y cambio climático en Sudamérica.
Es vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), una iniciativa del Programa de Naciones Unidas para el Medio ambiente (PNUMA), y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La frase “no es calor, es desmonte” no es correcta. Las olas de calor son un fenómeno climático característico, la misma variabilidad natural del clima genera estas olas de calor, independientemente de lo que pase en con la vegetación en superficie, es un fenómeno de la atmósfera. De todas maneras, puede haber causas externas a la atmósfera que intensifiquen la magnitud de la ola de calor y también cambien su frecuencia.
Existen numerosos estudios (1) como los mencionados en el reporte del WG1 del IPCC que confirman que el calentamiento global producido por el aumento de los gases de efecto invernadero emitido en actividades humanas, el cambio climático, ha aumentado la magnitud y la frecuencia de estas olas intensas de calor. Entonces, son un fenómeno natural, modulado por las actividades humanas que producen el calentamiento global.
La desforestación, el desmonte en un determinado lugar puede afectar al clima del lugar que esta desmontado, pero no a todo el país o región. La reciente ola de calor ocurrida en enero de 2022, afectó prácticamente todo el país, produciendo temperaturas extremas en 69 de las 96 estaciones del Servicio Meteorológico Nacional, ubicadas en regiones muy distantes desde Neuquén en la meseta patagónica hasta el norte y nordeste del país (2) . Una ola de calor de esta magnitud, entonces no se puede atribuir a los desmontes. Pero la magnitud de la ola de calor en algún lugar donde se perdió la vegetación natural por la desforestación o un mal uso del suelo, donde por ejemplo, se cambió el suelo de bosque a cultivo o de bosque a pasturas para el ganado, además de los dos primeros ingredientes mencionados, podría el desmonte inducir un aumento de temperatura adicional. Pero, hay que estudiarlo en cada lugar, porque dependiendo de la región, el desmonte puede producir calentamiento o enfriamiento (3).
Referencias bibliográficas